La utilidad del Certificado de Eficiencia Energética
Ya ha pasado un año y medio desde que entrase en vigor el Real Decreto que regula la certificación energética de edificios existentes, mucho se ha hablado sobre ello desde entonces, pero todavía son muchas las dudas que existen entre propietarios e inquilinos o compradores.
¿Que es el Certificado de Eficiencia Energética?
El certificado de eficiencia energética o certificado energético de un edificio existente o parte del mismo, es un documento oficial, suscrito por un técnico competente (un arquitecto por ejemplo) que contiene información sobre sus características energéticas.
La finalidad del mismo, tal y como indica el propio Real Decreto que lo regula, es la promoción de la eficiencia energética, mediante la información objetiva que obligatoriamente se habrá de proporcionar a los compradores y usuarios, materializada en forma de un certificado de eficiencia energética que permita valorar y comparar sus prestaciones.
Cuando adquirimos un electrodoméstico estamos acostumbrados a revisar la etiqueta energética, y considerarla a la hora de tomar la decisión de decantarnos entre un modelo u otro. Más allá del precio, es habitual que nos decidamos por un equipo más caro a cambio de obtener una mayor eficiencia y por lo tanto ahorro de energía que se traduce en ahorro económico, que nos permite amortizar la inversión. Del mismo modo, el certificado energético de una vivienda, nos aporta datos para que los propietarios o arrendatarios puedan comparar y evaluar su gasto energético de forma objetiva.
El certificado energético de una vivienda
Si estudiamos una vivienda situada en Madrid, con una superficie de 70 m² útiles, con tres dormitorios, un baño, cocina y salón comedor, que cuenta con instalación de calefacción y agua caliente eléctrica y ventanas antiguas, obtenemos la siguiente calificación energética.
Otra vivienda de idéntica distribución y situación, cuya instalación de calefacción y agua caliente sanitaria ha sido sustituida por una caldera de condensación alimentada por gas natural, cuyas ventanas son más estancas con vidrios dobles, y que cuenta con un buen aislamiento en los paramentos de fachada, obtendría la siguiente calificación energética.
Si comparamos estos dos ejemplos, vemos que el consumo de energía de la primera vivienda respecto de la segunda es 4,4 veces mayor, y que la emisión de CO2 a la atmósfera es 5 veces mayor.
Hay un ahorro de casi un 78% del consumo de energía, y de un 80% en emisiones globales de CO2 a la atmósfera. Además de contribuir a cuidar el medio ambiente, no hay más que echar un vistazo a nuestros recibos para ver que el ahorro económico puede ser sustancial.
En cualquier caso, si una vivienda tiene una mala calificación, que no cunda el pánico, existen medidas de mejora que se pueden adoptar, y los certificados vienen acompañados de recomendaciones que se pueden tener en cuenta para mejorar dicha calificación.
Ana Latorre Izquierdo
Asesora Inmobiliaria
Arquitecta
MAR Real Estate. Madrid Chamberí