Consejos para una mudanza más inteligente
¡Por fin llegó el momento con el que tanto tiempo habías soñando! Al fin tienes en tus manos la llave de la vivienda en la que vas a iniciar una nueva etapa de tu vida -probablemente, y según tus expectativas, la más feliz- pero habías olvidado un pequeño detalle: la mudanza. Hay quien dice que no sabes lo que tienes… hasta que te mudas. Por eso queremos ayudarte con unos pequeños consejos a tener en cuenta para que el inicio de tu mayor sueño no se convierta en tu pesadilla.
7 Consejos para una mudanza más inteligente
No dejes todo para última hora
Quizá este cambio de residencia haya sido repentino y te veas obligado a trasladar tus pertenencias más rápido de lo que te gustaría, pero si no es así, no lo dejes todo para el último momento. Empieza con un mes de antelación a calcular el número de enseres que necesitas desplazar para hacer un cálculo aproximado de las cajas y el tamaño del vehículo que vas a requerir.
Pide varios presupuestos
Si se trata de tu primera mudanza y estás ilusionado con el momento, seguramente no te hayas ni planteado buscar ayuda profesional. No queremos frustrar tu ilusión de vivir esta experiencia con tus amigos, tu familia o tu pareja, pero no está de más pedir varios presupuestos a empresas especializadas. Tu paciencia y tu espalda lo agradecerán. No olvides que puedes pedir un presupuesto que incluya el embalaje y otro que no lo incluya; así, si tienes muchos amigos y pocos enseres, el ahorro puede ser considerable.
Ordenanzas municipales
Infórmate sobre los permisos necesarios para hacer la mudanza, tanto en tu localidad como en la de destino. Es probable que tengas que reservar el espacio para que aparquen los camiones y para colocar la grúa en caso de que te cambies a pisos altos, sin ascensor, o muevas muebles que no quepan por las escaleras; especialmente, si la calle es estrecha y de mucho tráfico.
Embalaje
Transporta cada objeto pensando en la forma más sencilla de trasladarlos y de modo que ocupen el menos espacio posible. Para objetos pesados, tales como libros, utiliza cajas pequeñas. En el caso de la ropa, pueden servir maletas o bolsas de plástico. Si vas a trasladar muebles, asegúrate de sacar los cajones (siembre vacíos) o cerrarlos con llave; pero nunca utilices cinta adhesiva directamente sobre ellos, pues podrás quitarles parte del barniz o tener problemas para deshacerte del pegamento. En el caso de los electrodomésticos, como en el caso de la nevera, recuerda que debes desenchufarla con un día de antelación.
Enseres frágiles
No olvides tener especial cuidado con los enseres frágiles, tales como espejos, cristal, electrodomésticos, aparatos electrónicos, muebles lacados o cualquier otro objeto de valor. Para este tipo de pertenencias te recomendamos contratar un seguro con las empresas de transporte, pero recuerda que sólo se harán cargo en el caso de que ellas mismas hayan sido las responsables del embalaje. Para más seguridad, asegúrate de fotografiar estos objetos antes de transportarlos para que quede constancia de que se encontraban en perfecto estado antes del embalaje.
En caso de hacerlo por ti mismo, asegúrate de usar cajas de cartón y forrar los objetos con plásticos de burbujas. Los huecos vacíos que queden en las cajas rellénalos con papel de periódico. Por último, no te olvides de señalizar claramente en las cajas que se trata de contenido frágil.
Orden de embalaje
Sigue un orden estricto a la hora de embalar y asegúrate de etiquetar cada caja de modo que puedas localizar fácilmente tus enseres al llegar a tu nueva casa (ejemplo: segundo cajón de la mesilla de noche del cuarto de invitados). Otro útil consejo, para evitar que ambas casas se conviertan en un caos, es que empieces a embalar por habitaciones.
Casa nueva, vida nueva
Deshazte de aquellos objetos muy usados, inútiles o sin valor sentimental. En muchos casos, será más rentable comprar enseres nuevos que el tiempo y el coste económico que supone trasladar los antiguos. Regálalos a algún amigo o familiar que pueda necesitarlos, dónalos a alguna entidad o, con un poco de suerte, véndelos en tiendas o mercados de segunda mano. Si ninguna de estas opciones te entusiasma, no olvides que los objetos inservibles deben ir a un punto limpio o de reciclaje.